EL JABALÍ DE JULÍAN

EL JABALÍ DE JULÍAN



“Respeto al máximo cobrar un guarro en espera con una flecha”
(José Mª Baranda: 60 años de esperas)

Jueves de Santa Faz, aprovechamos para dejar casi terminado el puesto de Jaume, con la ayuda de Salva, Manolo y José Antonio. Viernes continúan los preparativos para la espera: mejora de monturas para las linternas, (Armería Candela), un ayurveda (que confunda los olores), cambio de botas (las clásicas Boreal) en ausencia de las más efectivas de mercado (Phantom) de mi amigo Vicente y linterna especial para seguir el rastro.



Al atardecer, en el trayecto al cazadero la voz cazallera de Sabina sustituye a Melendi. El ocaso se presenta diferente, recuerda la Tierra de Mordor, como si traspasáramos el lado oscuro. Es decir, tarde nublada y noche cerrada.



Apuro el último Marlboro y me dirijo a mi puesto. Son las 20,30 horas y todavía no he terminado de “acomodarme” cuando veo por mi izquierda aparecer un jabato. Ignora el comedero y a los pocos segundos aparece con otro, por la derecha. Recelan bastante, están intranquilos, inician escapadas cortas, simulan comer y se detienen a escuchar, se acercan a mi puesto…finalmente, uno empieza a comer, mientras el otro permanece vigilante. Durante todo este tiempo he permanecido inmóvil y, como siempre he hecho con buenos resultados, aprovecho el momento para abrir el arco; no se mueven, tengo el codillo en el punto de mira y, casi sin enterarme, suelto la flecha. El impacto es bueno, me gusta, pero no tanto como el primero de mi vida (con arco, claro) que encontró el corazón. Se produce la estampida: la víctima hacia la derecha y el compañero hacia la izquierda. De momento regresa sobre sus pasos el que me interesa y sigue al otro. No veo si lleva la flecha clavada. Escucho y oigo un lamento parecido al del oso canadiense, pero menos fino, quizás más guarro. Son las 20,45 horas. El lance se ha desarrollado rápido y con luz natural. Me apresuro a enviar un mensaje a mi hijo: “he tiqado” (sic); es decir, he tirado.


A las 22,30 horas, según lo acordado, nos juntamos e iniciamos el rastreo, cada uno a su manera. Jaume lo lleva a cabo de forma científica, estilo CSI: examina cada gota de sangre que encontramos y extrae conclusiones; hasta localiza la flecha partida. Salva rastrea por instinto, situándose en el papel del jabalí herido. Toni permanece silencioso pero seguramente es el que más sabe, inspira confianza. El rastro se sigue fácilmente, resultan evidentes tres manchas grandes en otros tantos pinos. Finalmente encuentro la pieza a unos 30 metros de la zona de disparo.





Técnicamente, sólo destacar que el impacto fue un poco alto (típico de la caza desde sitio elevado), pero le atravesó los pulmones y se detuvo en el hueso de una pata delantera, que le destrozó.



Alegría, satisfacción y, lo más importante, momentos inolvidables junto a mi hijo y buenos amigos; y todo gracias al Club Arcaza.


¡Que pena no encontrar un bar abierto a las 2 de la madrugada¡



Fdo. Julián Bordera Francés



Datos técnicos:
Arco Hoyt Xtec 2004

Potencia medida 57 libras

Flechas Easton Axis 400, a 25,5 pulgadas

Punta Muzzy MX-3 tres filos

Distancia de tiro: 11 metros.

Desnivel: 4,5 metros

Distancia recorrida: 50 metros